Una carta de Despedida
«Queridos y queridas manfreditas, esto es una despedida.
Antes de anunciarlo públicamente, quería que fuerais los primeros en enteraros de que, el 31 de diciembre, ha sido mi último día en Manfred y en SNGULAR.
Han sido los 5 años más enriquecedores de mi carrera profesional y —también— los más exigentes. Necesito parar, descansar y dedicar a mi familia y amigos algo del tiempo que les he robado durante todo este tiempo.
Me voy sin ningún plan más allá de darme el lujo de pasar una buena temporada sin hacer mucho más que leer todo lo que caiga en mis manos y disfrutar de mi colección de videojuegos. Quiero volver a programar y a cocinar en serio. Y pasar tiempo de calidad con mis hijos cuando vuelvan del colegio. Nada más y nada menos.
No hay ningún drama corporativo oculto, ningún despido ni tampoco un portazo. De hecho, tomé la decisión en agosto, se lo comuniqué a Jose Luis Vallejo —presidente de SNGULAR—y al resto del equipo. Juntos, diseñamos un plan de salida que apuntalara la visión y misión de la compañía que fundé en 2018, más allá de mi marcha.
No cometeré la torpeza de decir que «dejo Manfred en buenas manos» ni estupideces semejantes porque el equipo que se queda es el mismo que me ha acompañado desde el inicio y los responsables de gestionar el día a día desde hace mucho tiempo. Así que, solo quería recordaros que Manfred nunca fui yo, sino todos.
Vosotros también. Os doy las gracias por confiar en mí cuando todo esto solo era un canal de Telegram y un tipo que decía que el recruiting técnico estaba roto y creía saber qué había que hacer para arreglarlo. Casi morimos de éxito antes de empezar. Recuerdo que tardé hasta seis meses en contestar el primer correo de algunos de vosotros. Menudo viaje ¡Menuda aventura!
No sé lo que haré a partir de ahora, pero me conformaría con que me hiciera sentir la mitad de orgulloso de lo que estoy de Manfred y de la Comunidad que lo ha hecho posible Una despedida así, es algo más dulce.
Gracias. Gracias. Gracias.»
David Bonilla