Manfred se cuela en el NoCodeDay: y estas son las razones por las que no puedes perdértelo
El pasado 1 de diciembre se celebraba en la que muchas veces ha sido nuestra casa, el edificio de Google Campus, una gran muestra de la comunidad de no-code en nuestro país. NoCodeHackers organizaba, apoyado por una plantilla que ni la selección, un encuentro que duraba el día entero. En el NoCodeDay se comentarían proyectos, se compartirían diferentes puntos de vista, retos, ideas, e incluso se debatiría sobre los potenciales futuros del no-code. Os contamos nuestras impresiones de su primera edición.
Calentando motores para el gran día
El NoCodeDay apuntaba maneras. Se posicionaba nada más y nada menos que como «el primer evento presencial de no-code en Madrid», y hacía volar sus 100 entradas con bastante antelación.
Pero para quienes estéis recién aterrizados en la sala, antepongámonos un poco. ¿Qué carallo es eso del no-code? En resumidas cuentas: es el uso de herramientas que, sin necesidad de programar, nos permiten conseguir hacer maravillas. Desde webs, a apps móviles, automatizaciones, formularios, flujos, procesos... Y si algo quedó claro en el NoCodeDay, es que no hay que tomárselo a risa: el no-code ha dejado de ser un vehículo para constuir meros y simples MVPs para ser la base de muchos, muy diversos y cada vez más complejos productos y servicios digitales.
Pero eso en Manfred lo sabemos muy bien: nacimos con no-code, y a día de hoy muchas de nuestras funciones diarias siguen basadas, en el día a día, en herramientas como Zapier, Airtable o Carrd. Y hasta dónde se puede llegar con estas herramientas es algo que se comentó mucho en este evento. Os contamos más ;).
Las ponencias del NoCodeDay
En el escenario de Campus Madrid se tocaron muchos de los temas que más de cerca viven a las personas que trabajan con este tipo de herramientas. Entre ellos, hasta dónde puede llegar en no-code y en qué puntos es necesario tocar código (por ejemplo, Carlos Beneyto, fundador de Edify, nos contaba las entrañas de su producto). O hasta qué punto plataformas como Webflow iban a ser un mero trámite hasta que la inteligencia artificial pudiera traducir diseños en figma a código a la perfección. Gracias, Jorge Prudencio, del equipo de IA de Sngular, por transmitirnos la tranquilidad de que, fuese de una manera u otra, había trabajo para la comunidad maker para largo. También, se celebraron paneles con figuras de nivel, como Aroa Gil (Product Lead en Framer), Álvaro Falcones (CPO y cofounder de Taxdown) o Pablo Castro (co-fundador de Arengu), quien puso el toque gallego que no podía faltarle a este evento.
La diversidad de perfiles que fueron microfonados ayudó a verse, casi seguro, reflejado en alguno de ellos. Había desarrolladores y desarrolladoras que recurrían al no-code para ganar agilidad en acciones relativamente sencillas que llevarían mucho más tiempo de hacerlas con código. Equipos de marketing que, gracias al no-code ganaban autonomía en la creación de activos digitales. Gente de producto que extendía su rol hasta poder hacerse cargo de implementaciones. Y muchos profesionales de consultoría que ayudan a empresas a montar cosas en no-code.
Si la decisión de no grabar las charlas fue aposta o no, jamás lo sabremos. Pero, desde luego, a mí me habría generado la curiosidad y necesidad de haber estado ahí para presenciarlas.
Un evento con Netgüorquin, un evento mejor
Pero me aventuro a decir lo mejor del NoCodeDay fue el networking. Por un lado, debido a la gran diversidad de perfiles que ahí se encontraban —desde product managers a desarrolladores y desarrolladoras, pasando por product designers y oscilando entre perfiles puramente generalistas y aquellos profundamente especialistas—. Una macedonia que nos permitió encontrarnos con viejos amigos, que siempre es una maravilla. Pero también desvirtualizar a gran parte de la comunidad online, y conocer y descubrir a muchas personas que emanan un talento infinito. Para después, cerrar de la mejor de las maneras: en las NoCodeCañas, que no hicieron más que mantener un nivel de evento, que ya venía siendo alto.
Yo no sé si Alex Vaughtton se aventurará a organizar este jaleo el año que viene. Lo que tengo claro es que si lo hace, y puedo estar, ahí me encontraréis.