Piensa diferente y acertarás… ¡Hola, soy Silvia!
¡Hola! Soy Silvia, madrileña de corazón, pero apadrinada por tierras del sur.
Jerez de la Frontera lleva acogiéndome desde 2018. Y no, no llegué aquí por casualidad, sino más bien por perseguir uno de mis sueños, vivir en el sur. Eso sí, con una única condición: que fuera de la mano de un trabajo que me apasionara (los de la provincia entenderán la utopía de ello en 2018 y en el sector de RRHH)
Antes de empezar mi historia, te preguntarás...
¿Por qué Manfred y por qué en agosto?
- Como el título vaticina, pensar diferente y salir de “mi área de confort” cuando medio país está de vacaciones me parecía una gran idea.
- No es casualidad: me enamoré de este proyecto sumado a mi necesidad de hacer algo diferente por y para este sector. Y en menos de una semana ya he comprobado que lo que leía por fuera es aún mejor por dentro.
- Siempre soy de remar en equipo. Hice mis deberes propios de “investigadora” antes de entrar... ¡Y supe que iba a jugar en primera!
Quién soy
Soy de finales de los ochenta, de esa generación en la que, si se quedaba, se quedaba a una hora (en el quiosco de Plaza España) y ser puntual estaba a la orden del día.
Tardé en tener móvil y cuando por fin lo tuve, medía los caracteres de los SMS e inventaba nuevas formas de comunicarme para no ocupar dos.
Mandaba zumbidos por el Messenger, esa herramienta en la que te conectabas y desconectabas para hacerte ver.
Me crié con la Game Boy, la Mega Drive y las máquinas arcade del pueblo, alternado con jugar a las canicas, los columpios asesinos de la época y construir zanjas en la tierra del abuelo. Zanjas, que mi hermano mayor, Rubén, tapaba con juguetes esperando a que cayese ligeramente al ir a atrapar uno de ellos. Eso, y a acaparar el primer ordenador que entró en casa. Fue una etapa muy creativa, eso seguro.
Quien tiene un pueblo tiene un tesoro, y por si fuera poco, yo pasé la infancia entre tres: el de mi madre, de un pueblecito de Guadalajara, el de mi padre, de un pueblo entre olivares de Granada, y algunos frescos veranos por un pueblo de Ávila…
Soy de la generación en la que tener una carrera sumaba puntos. Lo de pensar diferente que os contaba antes también se volvió a repetir, eligiendo graduarme en Turismo en lugar de Psicología. Mi inquietud por otras culturas, recorrer el planeta entero y hablar todos sus idiomas era lo único que me importaba.
Terminabas la carrera estando perdido y lo normal era que el trabajo no llamara a tu puerta, claro.
Entre numerosos trabajos de atención al cliente, al tiempo decidí irme a Londres, viviendo un año de necesario “autoconocimiento”, trabajo y de crear profundas amistades que me acompañan a día de hoy. Seguimos para Máster. Y lo demás han sido estupendas experiencias laborales en Recursos Humanos desde 2015, de las que me llevo un gran aprendizaje y buenos amigos.
Y llegamos a 2018, año en el que marché rumbo al sur. No quería esperar a jubilarme para encontrar calidad de vida, volver a ser dueña de mi tiempo y este cambio marcó un antes y un después en quién soy.
Por lo demás, me encontrarás haciendo rutas en bici, nadando, intentando correr o aprender kitesurf como nuevo reto. Y descubriendo rincones de la provincia, claro. Mi espíritu aventurero/viajero me acompaña. No concibo la vida sin música, escucho mucha y muy variada; me encanta ir a conciertos de los grupos que voy descubriendo. Me apasionan las plantas. Aproveché el confinamiento entre otras cosas para aprender más de ellas y poco a poco fue creciendo mi colección en casa, siendo una de mis mayores ilusiones plantar un huerto y cumplirlo junto con mi madre este año en su pueblo. Y los animales, gracias a mi hermano, que me contagió su amor por ellos. En mi casa e infancia cuidamos de una perrita, tortugas, peces, hámster, pájaros…
Bueno, no te enrolles. Y para ti, ¿qué supone ser fredder?
Cuidar la trayectoria laboral de quienes nos confían sus inquietudes, ayudarles a dar un cambio o simplemente compartir visión de mercado u opiniones, es una gran responsabilidad. Toda persona debería encontrar su lugar adecuado para trabajar, donde pueda seguir sumando y que le sumen, donde se sienta feliz cada día al empezar su trabajo.
Y toda empresa debería ser capaz de construir equipos con sentido, cohesionados, con sinergias sólidas para enfrentarse a nuevos retos.
La base de todo ello para mí radica en una comunicación trasparente, en tener identificada tu misión, visión y valores... Y lo demás es mucha empatía y sentido común.
Estoy por aquí para ayudarte. Ya te anticipo que soy buena escuchando, me encantan las personas y por consiguiente, ¡este trabajo más!
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